♥♥♥ ÁNGELES , HADAS , DUENDES , SERES MITOLÓGICOS ♥♥♥

ES UN SUEÑO O ES UNA REALIDAD , ES MI REALIDAD , CREO EN LAS HADAS , EN LOS DUENDES EN TODOS LOS SERES MITOLÓGICOS , PERO MÁS CREO EN LOS ÁNGELES BELLEZAS CAÍDAS DEL CIELO SERES HERMOSOS QUE HABITAN NUESTRO MUNDO O EN SU MUNDO PARALELO ,  CREO EN TODOS ELLOS Y TRABAJO CON ELLOS . ME GUSTA LA FANTASÍA , NO VIVO EN ELLA PERO HAGO UN ESPACIO EN MIS TIEMPOS PARA ESTAR UN RATO EN MI FANTASÍA .



 


 
 
Las Hadas son muy protectoras

Los griegos pensaban que las hadas descendían de 3 diosas relevantes de su religión. Estas divinidades se reprodujeron asiduamente transformándose, de este modo, en un elevado número de seres femeninos, cuya principal labor consistía en guiar el destino de los hombres y amparar los nacimientos de las mujeres. A pesar de que ésta parecería ser la versión más acertada sobre el origen de las hadas, muchos creen que los primeros de estos seres, habrían aparecido mucho antes de que se levantaran las montañas y se formaran los mares, en los inicios de la creación. Las hadas habitan en muy diferentes lugares, como por ejemplo en lagos, ríos, bosques, etc., por tal motivo, su tamaño, forma y demás cualidades, son muy diversas. Generalmente la mayoría de ellas mide entre 60 cm y 1 metro, pudiendo en algunos casos tomar forma humana o de animales pequeños. Podemos destacar que existen hadas buenas y hadas malas. Las hadas buenas, entregan pan y semillas de trigo a las personas cadenciadas y ayudan a sus humanos predilectos. Suelen ser amables y amigables con aquellos que les brinden favores, pero a pesar de esto, si se sienten fastidiadas, pueden llegar a perder su buen humor y amabilidad. Los dones que otorgan los planetas al nacer El mundo feérico o sea el de las hadas es un submundo fantástico pero a su vez real. Existen miles de variedades de hadas. Hay hadas del bosque, de los lagos, de los ríos, de las flores, de las cascadas y del cosmos. Dentro de éstas últimas se encuentran las hadas zodiacales. Son energía pura proveniente de los planetas que las originan y traen a la Tierra los dones del lugar de donde provienen. Cuando nacemos, se conjugan los poderes de dos hadas zodiacales: la Solar puesto que el Sol está en nuestro propio signo y la Regente, proveniente de nuestro planeta padrino, que generará nuestra Hada Madrina Zodiacal. Este binomio feérico formado por el Hada Solar y el Hada Regente otorga dones especiales a todos los nacidos bajo un mismo signo zodiacal. En algunos signos, en vez de binomios se producen trinomios ya que acuden dos Regentes a apadrinar el signo y en uno, Leo existe solo una unidad feérica: el Sol. Junto con los dones que abarcan a todos los nativos de un signo llegarán también algunas características de temperamento que habrá que saber manejar para que no se conviertan en defectos pues pueden utilizarse tanto para el bien como para el mal. Conozca el horóscopo que ellas mismas confeccionaron para guiarlo durante todo el año. Las hadas se asignan según el signo del zodíaco que la persona posea, seleccione


su signo y el hada que le corresponde.
Nacidos en Aries Hada: Grig
Nacidos en Tauro Hada: Gwragged Annwn
Nacidos en Géminis Hada: Morrigu
Nacidos en Cáncer Hada: Licke
Nacidos en Leo Hada: Malekin
Nacidos en Virgo Hada: Habetrot
Nacidos en Libra Hada: Oonagh
Nacidos en Escorpio Hada: Silky Brownie
Nacidos en Sagitario Hada: Leanan Sidhe
Nacidos en Capricornio Hada: Nimue o Dama del Lago
Nacidos en Acuario Hada: Meg Mullach
Nacidos en Piscis Hada: Ellyllon 
 



MIS BELLOS UNICORNIOS , SERES MITOLÓGICOS HERMOSOS SIEMPRE ACOMPAÑADOS POR LAS HADAS



 
PEGASO


Pegaso


Pegaso fue el primer caballo que consiguió estar entre los dioses de la Mitología Griega y tratar de tú a los habitantes del Olimpo. Pegaso era el caballo de Zeus, el dios soberano y amo del Cielo y la Tierra.



Pegaso


Según los esquemas de la mitología griega el "caballo volador" nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza a Medusa. Ésta era una de las tres hermanas Gorgonas (Medusa, Esteno y Euríale). Eran hijas de Forcis y Ceto, o a veces de Tifón y Equidna, en ambos casos monstruos ctónicos (espíritus del inframundo). Aunque los pintores de vasijas y talladores de relieves griegos antiguos imaginaban a Medusa y sus hermanas como seres nacidos con forma monstruosa, los escultores y pintores del siglo V empezaron a imaginarla como hermosa a la par que terrorífica. En una oda escrita en el 490 a.C. por Píndaro ya se habla de la «Medusa de bellas mejillas». En una versión posterior del mito, narrada por el poeta romano Ovidio, Medusa era originalmente una hermosa doncella, «la celosa aspiración de muchos pretendientes» y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada en él por el «Señor del Mar» Poseidón, la enfurecida diosa transformó su hermoso cabello en serpientes e hizo su cara tan terrible que su mera visión convertía a los hombres en piedra.
Perseo fue enviado por el rey Polidectes de Sérifos a buscar la cabeza de Medusa. Con la ayuda de Atenea y Hermes, que le dio las sandalias aladas, la capa de invisibilidad de Hades, una espada y un escudo espejado, Perseo cumplió su misión. Medusa, que estaba embarazada de Poseidón, fue decapitada mientras dormía.


Perseo con la cabeza de la Medusa
Perseo con la cabeza de la Medusa


El héroe mató a Medusa haciéndole mirar su reflejo en el espejo en lugar de enfrentarse directamente a ella para evitar quedar petrificado. Cuando cortó su cabeza, del cuello brotó su descendencia: Pegaso, el caballo alado, y Crisaor, el héroe de la espada de oro.


Poco después de su nacimiento, el mágico corcel golpeó con una coz el suelo del monte Helicón y en el acto comenzó a fluir un manantial, después consagrado a las Musas y que, según se cree, es la fuente de la inspiración poética.





Pegaso, creció y vivió sus años de potro en las laderas y los verdes prados del monte Olimpo, morada de los dioses, que estaba situado entre Tesalia y Macedonia (hoy monte Olimpos) y era un bello ejemplar del tipo "sículo", cruce del ario y del persa, de color blanco y gran poderío. Estaba dotado de alas y volaba por los aires, cuando no corría "como el viento" por la tierra.




Todos intentaron en vano capturar y amansar al caballo y ésta se convirtió en la obsesión de Belerofonte, príncipe de Corinto, que, siguiendo el consejo de un adivino, pasó una noche en el templo de la diosa Atenea. Mientras dormía, se le apareció la diosa con una brida de oro junto a él, y con ella pudo capturar y amansar fácilmente al caballo alado.
A partir de ese momento, Pegaso se convirtió en una gran ayuda para el héroe y lo acompañó en sus aventuras contra las amazonas y la Quimera, multiplicando sus hazañas.




Belerofonte, sin embargo, fue víctima de su propio orgullo. Cuando logró volar hasta la cima del monte Olimpo para reunirse con los dioses, el prudente caballo lo derribó y dejó que Belerofonte vagara sin rumbo, desconsolado y rechazado por los inmortales.

Pegaso encontró refugio en los establos olímpicos y Zeus le encargó que le llevara el trueno y el rayo, los símbolos de su poder. Posteriormente los dioses transformaron a Pegaso en una constelación.


Constelación de Pegaso
Constelación de Pegaso





Pegaso fue el caballo más rápido que ha existido y el símbolo de la velocidad como los demuestran los cantos inmortales que en su honor entonaron los poetas de todos los tiempos. Pero, además, fue también el primer medio de comunicación y transporte que se elevó por los aires. De ahí las numerosas fábulas que le atribuyeron los griegos y el lugar destacado que ocupa en la mitología y en la historia del caballo. Aunque no fuese un caballo de carne y hueso.


 



Dragón

El dragón (del latín draco, y este del griego δρακων, drakon, ‘víbora’ o ‘serpiente’) es un animal mitológico que aparece en diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados.
Las interpretaciones más familiares de dragones son los dragones europeos, derivados de la tradición popular y de la mitología de Grecia, Escandinavia y Oriente Próximo, y también las de dragones orientales. La palabra dragón deriva del griego δράκων (drákōn), "dragón, serpiente de gran tamaño, o serpiente de agua", que probablemente viene del verbo δρακεῖν

Características


En función de las diversas culturas que lo han representado, la figura del dragón juega un papel importante como dios y/o guardián, o como monstruo y poderoso enemigo. Se le atribuyen cualidades y habilidades tales como ser poseedor de una gran sabiduría y conocimiento o pecar de gran avaricia y codicia que le conduzca a devastar poblaciones enteras para apilar gigantescos tesoros. Por lo tanto, la imagen y figura del dragón ha ido variando y ha sido interpretada de muy diversas formas a lo largo de la historia.
Las culturas occidentales y orientales han imaginado reptiles gigantes y alados; puede ser debido al contacto con cocodrilos, caimanes y/o gaviales junto al hallazgo de fósiles de reptiles voladores.

Explicación del mito

El mito de la existencia de los dragones se sustenta en una diversa cantidad de leyendas y representaciones, diseminadas entre las distintas culturas que lo representan. Se ha planteado, como explicación de este fenómeno, el descubrimiento de fósiles de dinosaurio que llevasen a esas culturas a imaginar seres parecidos. También cabe señalar que los dragones en cada cultura presentan aspectos y características diferentes.
Así, en la Edad Media, se creía que los cadáveres de cocodrilo, traídos a mercados y demás sitios de exhibición desde Egipto y Arabia durante la época de Las Cruzadas, se trataban de cadáveres de dragón.

Dragones según distintas culturas

El simbolismo alrededor del dragón es esencialmente el de la lucha.La lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene, sin embargo, distintos significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles, el de devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte –o el nacimiento– de un orden universal.
Así, en un principio, los dragones fueron devoradores de dioses –algunos mitos se refieren a los dragones como la causa de los eclipses, por ejemplo–, o sus enemigos –caso de Apofis y Pithon, enemigos del sol–; posteriormente los dragones fueron fuerzas a la que se les ofrecían doncellas en sacrificio y no tardaron en concebirse como comedores de hombres. De todos modos, ese papel no se aleja del de guardián, que implica la espera y el mantenimiento de un orden que preludia una reinvención del universo o el descubrimiento de un lugar sagrado. Justamente porque son guardianes de algo sagrado, es por lo que simbolizan el puente a otro mundo o la prueba de todo héroe.
Las actitudes tomadas en las culturas del mundo frente a la figura del dragón y la lucha que supone se distancian en ocasiones, particularmente si se compara la idea de dragón que existe en el lejano Oriente con la predominante en Occidente. Los dragones chinos (o long), los japoneses (o ryū) y los coreanos son vistos generalmente como seres benévolos, mientras que los europeos son en su mayoría malévolos.
Sin embargo, los dragones malévolos no están restringidos a Europa: entre otras culturas, esta interpretación se mantiene también en la mitología persa. El tema es complejo y ha variado a lo largo de la historia. Como ejemplo, entre los romanos, típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría.


En Oriente Próximo, la figura del dragón, simbolizaba el mal y la ruina. En Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2000 a. C., la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo universo ordenado.
También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón geta-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. Esta imagen era empleada en la guerra ya que en la bandera de Dacia aparece un dragón.


En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.
En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna.
A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.
Los dragones chinos y japoneses simbolizan el poder espiritual supremo, el poder terrenal y celestial, el conocimiento y la fuerza, y por lo tanto son benévolos. El dragón es la insignia más antigua del arte de estos países.[cita requerida] Proporcionan salud y buena suerte y viven en el agua. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país.
En el Himalaya representan la buena suerte.
Corea, como se dijo antes, también tiene sus dragones, de similar carácter positivo.[cita requerida]


Las tribus nórdicas de Europa asociaban su folclore con varios aspectos terroríficos del dragón.
La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos (los vikingos), adornaban las proas de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban. También los dragones aparecen en poemas germanos: en Beowulf, un poema épico anglosajón, el más antiguo que se conserva. Un hombre llamado Beowulf, que había librado a su pueblo de un monstruo mitad hombre y mitad diablo, luego, ya convertido en el rey, lucha contra un dragón, disputa en la que ambos mueren. En el Cantar de los Nibelungos, un poema épico medieval anónimo, Sigfrido mata a un dragón, llamado Fafnir, y al ungirse con su sangre se hace inmune a todo mal.
Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos.[cita requerida] Entre los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo heráldico y luego militar.
Entre los romanos, como se dijo más arriba, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría.
Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo simboliza el pecado y al aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo. La leyenda de San Jorge y el dragón, ilustrada en la figura de la derecha, muestra claramente este significado.

En el simbolismo medieval la idea de lucha contra dragones sirvió para fortalecer la motivación de los reinos cristianos. Se presentaban a menudo también como representaciones de la apostasía, la herejía y la traición, pero también de cólera y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Varias veces significaban la decadencia y la opresión, aunque sirvieron también como símbolos para la independencia, el liderazgo y la fuerza.
Los colores a menudo determinaron el simbolismo que un dragón tenía. En la pauta del viaje del héroe, los dragones representaron el obstáculo o el temor, y el paso necesario para volver al hogar, y como muchos dragones se presentan también como la encarnación de la sabiduría, en esas tradiciones matar a uno de ellos no sólo daba acceso a sus riquezas sino también significaba que el caballero había vencido a la más astuta de las criaturas. Otra faceta del dragón en la mitología clásica de la época caballeresca es el dragón como guardián que custodia o secuestra princesas en sus castillos.
En el occidente de la actualidad es casi siempre concebido como una criatura malvada, poderosa y cruel, estereotipo extraído tanto de las antiguas leyendas como de las más modernas películas.

América

La mayoría de los autores llaman serpientes a los dragones mesoamericanos, pero ya que etimológicamente la palabra dragón significa serpiente entonces tomaremos el término cóatl como dragón en el caso de los seres mitológicos mencionados a continuación en lugar del significado literal "serpiente" para diferenciarlos de las serpientes y víboras, las que tienen sus propios significados.
En la Mesoamérica prehispánica existe una gran tradición de veneración a la serpiente como animal sagrado. Gracias al intercambio cultural debido en gran medida a las constantes guerras de conquista de algunos imperios mesoamericanos y el intercambio comercial de otros tantos, no era de sorprenderse que muchos pueblos compartieran no sólo creencias, sino que los dioses extranjeros súbitamente formaran parte integral de un panteón dado. De esta manera las criaturas mitológicas también eran absorbidas por la gente e incluidas en el folclore y religiones de dichas naciones.
Las serpientes mesoamericanas a menudo son acompañantes de dioses a quienes asisten en sus deberes. Tal es el caso del dios tutelar de los tenochcas, Huitzilopochtli, a quien un dragón de fuego asiste como arma. Algunos dioses responsables de la lluvia (excepto Tlaloc) montan serpientes de viento mientras lanzan dardos y flechas a las nubes ocasionando la lluvia.
Algunas características casi siempre presentes en las serpientes mesoamericanas son:
  • Cuerpo serpentino o de serpiente.
  • Plumas (en tocado o como símbolo de divinidad).
  • Capacidad de volar.
Así pues, ejemplos de los dragones mesoamericanos son:
Nahuas
Si bien los nahuas son un grupo étnico, su cultura influenció a los pueblos adyacentes, particularmente a los que adoptaron su lengua, como los chichimecas que se asentaron en el Valle y se convirtieron más tarde en mexicas, pero estas categorías de dragones eran reconocidas por la mayoría de las culturas nativas del Valle de México.
Ehécatl -- Serpiente de viento. Decían los antiguos nahuas que el dragón de viento barría con su aliento la tierra preparándola para recibir el regalo del agua divina, de esta manera se explicaban que el viento que sopla anunciando la inminente lluvia.
Mazacoatl -- Serpiente venado. Este tipo de serpientes son viciosas, mitad venado mitad serpiente, es un ser que disfruta al seducir a los mortales para después devorarlos. Desempeña un papel similar al de las sirenas o las arpías de la mitología griega.
Ocelocoatl -- Serpiente Jaguar. La serpiente jaguar tiene la mitad anterior del cuerpo como el de un jaguar y de la cintura a la punta de la cola tiene el cuerpo de una serpiente. Ésta simboliza la tierra (jaguar) y el agua (serpiente) en relación dependiente la una de la otra.
Quetzalcóatl -- Serpiente preciosa. La traducción literal anteriormente usada de ‘serpiente emplumada’ ha ido cambiando conforme a nuevos hallazgos e interpretaciones de las culturas nahuas. El término "quetzalli" en el caso de Quetzalcoatl3 significa precioso debido al plumaje reluciente del dragón, recordemos que las plumas eran utilizadas por los pueblos americanos a manera de joyas y las plumas del quetzal eran las más preciosas de todas, de ahí que el término haya pasado de ‘serpiente emplumada’ a ‘serpiente preciosa’ o ‘hermosa serpiente voladora’ que es un término más conceptual y no una mera traducción literal. Así bien, la serpiente preciosa posee un plumaje de brillantes colores en donde predomina el verde turquesa, además de un gran tocado de plumas rodeando su cabeza a manera de melena. Y en una pirámide está representado que en el equinoccio baja una serpiente del cielo. Aparece representado en muchas culturas como ornamento en muchas partes, desde vasijas ornamentadas hasta templos y edificios. La serpiente preciosa es casi exclusivamente identificada con el dios tolteca Quetzalcóatl, el que fue reverenciado por múltiples culturas del Valle de México como los teotihuacanos, los propios toltecas y hasta los tenochcas, como podremos evidenciar en el arte de cualquiera de estos pueblos. Alfonso Caso lo traduce como "mi gemelo precioso", debido a que Venus aparece a un lado y otro del cielo, representando a Quetzalcóatl y Tezctlipoca, según sea de mañana o al caer la noche.
Xiuhcóatl -- Serpiente de fuego. Se trata de una serpiente color verde turquesa que puede verse en los cielos nocturnos cuando cruza el firmamento a toda prisa como estrella fugaz. Su apariencia es similar a la de la ‘serpiente preciosa’, pero se puede diferenciar ya que en algunas ocasiones es representado como rojo con flamas turquesa alrededor de su cuerpo y con un tocado de largas plumas en vez de la melena característica de la serpiente preciosa, además, frecuentemente se representa con un cascabel en la punta de la cola.
Mayas (Quichés)
Tepew y Kukumatz: según las historias del Popol Vuh, Tepew y Kukumatz fueron dos dioses que tomaron forma de serpientes y dieron forma y orden a todo lo creado por Corazón del Cielo a partir del caos primitivo. Cabe destacar que Kukumatz comparte muchas características con el maya Kukulkán o el tolteca Quetzalcóatl.
No obstante lo anterior, varios estudiosos de las culturas mesoamericanas no consideran correcto utilizar el concepto de "dragón", para referirse a las serpientes sagradas objeto de culto de dichos pueblos.
En torno a Los Andes se creía en el poder que ejercían las "serpientes del abismo marítimo y de la montaña esplendorosa". Estas eran criaturas de grandes proporciones que también son considerados dragones. Así por ejemplo, las que se veneraban en los Andes centrales difieren de aquéllas de los extremos del Imperio Inca (Ejemplo: pueblos nativos de Perú o Bolivia).
Las bestias de la mayor parte de Sudamérica estaban ampliamente relacionadas con enormes serpientes que se remontaban con los orígenes de la humanidad, coincidiendo con otras regiones del planeta. Pero, a diferencia del viejo mundo, estos dragones no presentan unicidad ni en sus características predominantes ni en sus actitudes, aún siendo de aspectos semejantes. De hecho, tales dragones mantenían una historia de conflictos entre sí que se remonta al primitivo pasado de las culturas americanas. La leyenda de Ten Ten y Cai Cai Vilu refleja esto, al enfrentarse ambas serpientes (Mar y Tierra) por el futuro del pueblo Mapuche.
Para los Muiscas, pueblo indígena de Colombia, creían en Chiminigagua, dios creador en forma de serpiente de fuego bajo a la sagrada laguna de Iguaque, y creó a los padres de la humanidad, Bachue y su joven acompañante, vivieron y tuvieron hijos, que después de un tiempo los dejarían hasta convertirse en dos serpientes acuáticas para vigilar a su pueblo, dentro de la laguna de Iguaque; tiempo después el primer Zaque de la sabana de Bogotá, Hijo de Sue o el sol (o de Chia, la Luna o deidad maligna) era un hombre en forma de dragón de color verde.

Apariciones en el imaginario moderno

La mitología moderna ha empleado recurrentemente el símbolo del dragón, extendiendo su pervivencia en el imaginario; pero también ha usado su imagen reduciéndolo a un poderoso monstruo casi invencible. Las múltiples apariciones de dragones, sin embargo, hacen uso frecuente de elementos tradicionales e innovadores en la criatura, que amplían sus alcances y estimulan más la imaginación, dando así lugar a un sinfín de dragones con diversas cualidades y variantes.

El mundo del dragón: una fantasía hecha realidad

En el año 2005, el Discovery Channel, a través de su afiliada Animal Planet, produjo un documental titulado «El mundo del dragón: una fantasía hecha realidad» realizando de manera fantástica la recreación de lo que podría haber sido la extinción de esta supuesta especie. La producción es una conjunción de ficción, supuestos y leyendas, con una amplia descripción de posibles patrones de conducta animales de apareamiento, alimentación y comportamiento.
La producción del Discovery Channel cuenta la historia de una hembra de dragón que trata de sobrevivir para alimentar a su cría.
Esta historia fue ambientada en Rumanía (donde la leyenda de los dragones era fuerte), en la Edad Media.
Explica que un grupo de estos animales que escupían fuego habrían podido vivir en la época de los dinosaurios, que escaparon a la aniquilación adaptándose a vivir en el agua y que más tarde se expandieron por todo el planeta, dominando selvas y conquistando montañas.
En la historia mostrada en este documental, los caballeros rumanos (vestidos con los atuendos típicos de la Edad Media) suben a la montaña y matan a la madre y a su cría, acabando así con la leyenda.

Dragones a través de la historia

Dragones serpientes

Dragones clásicos

Dragones del cielo

Otros seres y criaturas semejantes





Duendes




El origen de los duendes


Un duende es una criatura mítica perteneciente a la mitologíapagana germánica que todavía sobrevive en el folclore de Europa del norte. En la mitología de los nórdicos, estas criaturas eran originalmente consideradas como una raza de dioses de la naturaleza y de la fertilidad, aunque de menor importancia.
Los duendes son representados a menudo como hombres y mujeres jóvenes de gran belleza que viven en bosques y otros lugares naturales subterráneos, así como en pozos y fuentes.
Han sido retratados como seres longevos o inmortales que gozan de energías mágicas innatas. Después del éxito de la obra épica de J.R.R. Tolkien “El señor de los anillos”, donde existen personas sabias y angelicales llamadas duendes, estas criaturas juegan un rol cultural significativo y se han convertido en personajes obligados de la fantasía

Los duendes pueden ser clasificados en “duendes” y “elfos”. Cualidades extraordinarias asociadas a los duendes se califican a través de los adjetivos elfo o elfin, que significa “mágico”.
Con respecto a la pronunciación, la v de “elven” se refiere a los duendes clasificados como humanos (se les dice así por su menor estatura, y son propios de la mitología vikinga) mientras que la f en “elfin” alude a los elfos minúsculos (asociados fundamentalmente al folklore del Renacimiento y del Romanticismo).
Duendes y elfos adquieren también los siguientes nombres:

- En Alemania: Elfen, Elben.
- En Gran Bretaña: addler (aunque el vocablo ha quedado obsoleto).
- En Países Bajos: Elfen, Alfen, Elven.
- En Dinamarca: alfer, elvere, elverfolk, ellefolk o huldrer.
- En Islandia: álfar, álfafólk y huldufólk (significa “gente que se oculta”).
- En Noruega: alver, alfer o elvefolk.
- En Suecia: alfer, alver o älvor (Älvor es también atribuido a las hadas).
- En Italia: elfo o fata (Fata se atribuye solamente a las hadas).

Tras numerosos debates, el consenso de duende es álf mientras que las palabras relacionadas derivan de la raíz proto-indo-europea albh, que significa “blanco”. De allí surgió la voz latina albus para el color blanco, que se usa también en portugués. En la lengua inglesa ha adquirido la forma de albino.




Duendes en cuentos y mitos


Los duendes suelen aparecer en numerosas baladas de origen inglés y escocés, así como en cuentos populares, incluyendo muchos viajes a Elphame o Tierra de los Duendes (el Álfheim de la mitología de los nórdicos).
Se trata de un reino místico, misterioso y desagradable. El duende es retratado a veces como portador de una luz positiva, tal como la reina de Elphame en la balada de “Thomas the Rhymer”. Sin embargo, también existen duendes de carácter siniestro, inclinados con frecuencia a la violación y el asesinato, como sucede en el cuento de“Childe Rowland” o en la balada de la lady Isabel y el Duende Caballero. En esta última historia, el Duende Caballero intenta asesinar a una mujer.
En la mayoría de los casos, los duendes de las baladas son criaturas de sexo masculino. El único duende femenino comúnmente mencionado es la Reina de la Tierra de los Duendes, que aparece en“Thomas the Rhymer”, así como la Reina de Nourice, en cuya ciudad secuestran a una mujer para ser la enfermera del bebé de la citada reina, prometiéndole que podrá volver a su casa una vez el infante se destetara.

Los duendes no suelen ser malvados pero sí molestan a los seres humanos o interfieren en sus asuntos. Se cree que son invisibles. En la tradición anglosajona, los duendes llegaron a ser más o menos sinónimos de las hadas, que se originaron de la mitología nativa británica.
Sucesivamente, la palabra “duende” -así como el término literario “hada”- se acuñó para denotar a los varios espíritus de la naturaleza como elpwcca, hobgoblin o el brownie los escoceses.
En la Inglaterra isabelina, William Shakespeare imaginaba a los duendes como gente pequeña. Este escritor, al parecer, consideraba que los duendes y las hadas eran de la misma raza. En su drama Enrique IV hace que Falstaff califique al príncipe Enrique de la siguiente manera: “usted, ambicioso, tiene una piel de duende”. Y en la comedia “Sueño de una noche de verano” los duendes son casi tan pequeños como insectos.
Por otra parte, Edmund Spenser presenta a los duendes como seres del mismo tamaño en La Reina de las hadas. La influencia deShakespeare y de Michael Drayton logró que la imagen popular de los duendes y de las hadas fuera reconocida como la de seres muy pequeños. Por ejemplo, en la literatura victoriana los duendes aparecen generalmente ilustrados como hombres y mujeres minúsculos, con los orejas puntiagudas y usando graciosos gorros.
Un ejemplo es la Princesa Nobody (1884) del cuento de hadas de Andrew Lang, ilustrado por Richard Doyle, donde las hadas son criaturas minúsculas con alas de mariposa y los duendes son individuos pequeñísimos con gorras rojas. Sin embargo, había excepciones a esta regla: por ejemplo, los duendes que aparecen en Lord Dunsan y la hija del Rey de la Tierra de los Duendes.


El duende de Inglaterra


“El pobre pajarito embromado” (Poor little birdie teased), pintura realizada por el ilustrador Richard Doyle durante la era victoriana, representa la opinión tradicional acerca de los duendes, de acuerdo con el folklore inglés más actual. Se trata de un humano diminuto que habita dentro de los árboles.
La palabra duende proviene del inglés antiguo: es un vocablo derivado de la palabra ælf (ælfe, con variantes regionales y cronológicas tales como ylfe y ælfen). Las palabras utilizadas para nombrar a las ninfas de los mitos griegos y romanos fueron traducidas por eruditos anglosajones a raíz de la palabra ælf y sus variantes.
Aunque la evidencia inglesa más temprana es confusa, existen motivos para pensar que los duendes anglosajones (ælfe) eran similares a los duendes de la mitología temprana de los nórdicos: seres humanos con poderes sobrenaturales, generalmente varones, capaces de ayudar o de dañar a las personas con las que se encuentra.

La unión amorosa entre los æsir y los álfar, descrita en las poéticas Eddasmedievales, se refleja en el viejo færstice inglés.
En lo referente a la belleza de los duendes nórdicos, hay evidencias ofrecidas por el vocabulario del inglés antiguo. Palabras como ælfsciene (“duende hermoso”) usadas también para mujeres bíblicas que son seductoras y bellas.
La lengua anglosajona también atestigua alianzas de duendes con demonios, como por ejemplo en el verso 112 del Beowulf. Por otra parte, el oaf es simplemente una variante de la palabra duende, probablemente se refiere a unchangelingo alguien que quedó estupefacto por el encantamiento mágico de un duende.
“Duende tiro” -también duende perno o duende flecha- es una palabra encontrada en Escocia y en el norte de Inglaterra. Fue documentada por primera vez en un manuscrito que data de finales del siglo XVI.
Aunque primero se menciona un dolor agudo provocado por los duendes, más adelante queda claro que denota la cabeza de una flecha de piedra neolítica, que en el siglo XVII parece haber sido atribuida en Escocia a las personas que tenían poderes mágicos. Era utilizada en rituales curativos y utilizada por brujas y hechiceras para herir personas o matar ganado.
Otras creencias sostienen que un enredo en el cabello era llamado “cerradura de duende”, porque se creía que era causado por la travesura de los duendes. Una parálisis repentina también era atribuida al “golpe de un duende”.



Duendes Alemanes


En el folclore alemán existía la creencia de que los duendes eran aquellos bromistas dañinos que podían causar enfermedades a los ganados y a la gente, además de provocar pesadillas a los durmientes. La palabra alemana para un “mal sueño” es “Albtraum”, que significa “sueño del duende”.
Por otra parte, la forma arcaica Albdruck quiere decir la “presión del duende”. Por aquel entonces se creía que las pesadillas eran la consecuencia de que una de esas criaturas se sentara sobre la cabeza del durmiente. Este aspecto de la creencia alemana en los duendes corresponde en gran parte a la superstición escandinava sobre el “mara”.Es también similar a las leyendas relacionadas con los demonios incubus y sucubus.
En otras historias, el rey duende aparece de tanto en tanto rodeado de su séquito de elfos. Por lo general, se presenta entre las mujeres de Dinamarca y de Suecia. En la gran epopeya alemana de la Edad Media -el Nibelungenlied- un enano llamado Alberich juega un papel importante. “Alberich” se traduce literalmente como “duende soberano”, que más tarde evolucionará hasta significar “duende-enano”. Esta modificación ya se observa en las tempranas Eddas.

Vía el Alberon francés, el mismo nombre se ha incorporado al inglés como Oberon, rey de duendes y hadas en la comedia dramática “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare.
La leyenda de Der Erlkönig parece haberse originado en épocas bastante recientes en Dinamarca. Göethe basó su poema en “Erlkönigs Tochter” (la “hija de Erlkönig”), un trabajo danés traducido al alemán por Johann Gottfried Herder.
La naturaleza del Erlkönig ha sido tema de debate. El nombre se traduce literalmente del alemán como “rey Alder” mucho mejor que su traducción inglesa más habitual: el “rey duende”. En el alemán pasó a convertirse en Elfenkönig. Por otra parte, se ha sugerido a menudo que Erlkönig es una mala traducción del Elverkonge del danés original o del elverkonge, que significan “rey duende”.
De acuerdo con el folklore alemán y danés, el Erlkönig es retratado como un presagio de la muerte, como el hada maligna de la mitología irlandesa.
El Erlkönig se aparecerá solamente a la persona desfalleciente, ya en su lecho de muerte. Su forma y expresión también explicará a la persona qué clase de muerte tendrá: una expresión dolida significa una muerte dolorosa, expresiones pacíficas significan una muerte pacífica.
Este aspecto de la leyenda fue inmortalizado por Göethe en su poema Der Erlkönig, que fue más tarde musicalizado por el compositor clásico Franz Schubert.
En el cuento de hadas de los hermanos Grimm, Der Schuhmacher und die Heinzelmännchen, un grupo de pequeñas criaturas desnudas llamadas Heinzelmännchen ayudan a un zapatero a realizar su trabajo.
Cuando él recompensa su labor con pequeñas vestimentas, quedan tan encantados con su regalo que corren muy lejos y nunca se los vuelve a ver otra vez.
Aunque los Heinzelmännchen están relacionados con seres parecidos a los kobolds y enanos, el cuento se ha traducido al inglés como El zapatero y los duendes (probablemente debido a la semejanza de los Henzelmannchen con los Brownies escoceses). Se retoma la historia en la serie novelística Harry Potter, de J.K. Rowling.



Duendes Nórdicos


La descripción más temprana de los duendes proviene de la mitología nórdica. De allí se conserva el nombre “álfar”, aunque la creencia en estas criaturas maravillosas era muy común entre las tribus germánicas y los antiguos escandinavos.
Los duendes parecen compartir muchas características con los seres humano, con la diferencia de que aquéllos son siempre muy hermosos. Suele aludirse a estas criaturas como seres semi-divinos asociados a la fertilidad y al culto de los antepasados. Se los relaciona con la creencia animista y espiritista de la naturaleza y de los difuntos, muy común en casi todas las religiones humanas. Allí se remonta la vieja creencia nórdica en los fylgjur y vörðar, espíritus protectores.
Algunos investigadores sostienen que los duendes son el equivalente germánico de las ninfas de la mitología griega y romana, así como el “vili” y el “rusalki” de la mitología Eslavita.

El mitógrafo e historiador irlandés Snorri Sturluson se refiere a los enanos (“dvergar”) como los “duendes oscuros” (“dökkálfar”) o “duendes negros” (“svartálfar”); si este uso refleja una creencia escandinava medieval más amplia, esto es incierto.
Los duendes que no son oscuros son descritos por Snorri como “duendes de la luz” (“ljósálfar”). Este uso ha estado conectado a menudo con la relación etimológica de los duendes con la blancura. En las Eddas se afirma que “hay un lugar allí en el cielo que se llama la casa del duende(Álfheimr).
La gente que vive allí es conocida como “los duendes ligeros! (ljósálfar) mientras que los duendes oscuros (dökkálfar) habitan bajo la tierra.
La certeza de la existencia de los duendes en la mitología nórdica -además de la labor de Snorri- se funda en la poesía “Skaldic”, el Edda poético y las sagas legendarias. Aquí, los duendes aparecen vinculados al “Æsir”, particularmente con la frase “Æsir y los duendes”, que significa “todos los dioses”.
Además, estos seres mágicos han sido comparados o identificados con los “Vanir” -los dioses nórdicos de la fertilidad- por algunos eruditos. Sin embargo, en el Alvíssmál (los Refranes de Todos los Sabios) los duendes son considerados muy ajenos a “Vanir” y a “Æsir”. Por lo tanto, existen diferentes versiones sobre su procedencia y función natural.
Posiblemente, tales palabras designan una diferencia en el estatus que existe entre los dioses principales de la fertilidad (el Vanir) y los de menor importancia (los duendes).
Varias fuerzas menores, tales como los criados de los dioses, se presentan en los mitos nórdicos Byggvir y Beyla, que mencionan la existencia de “Freyr”, el señor de los duendes.
Algunos especulan que “Vanir” y los duendes pertenecen a una religión nórdica anterior a la edad de bronce escandinava, y que fueron substituidos más adelante por los dioses principales “Æsir”.
Otras notables investigaciones -especialmente las de Georges Dumézil- discuten que el “Vanir” fuera uno de los dioses de los hombres nórdicos comunes, y que el “Æsir” fuera el dios de las castas de sacerdotes y guerreros.

Un poema compuesto en el año 1020, el “Austrfaravísur”, cuyos versos narran el viaje de Þorðarson de Sigvatr, menciona que su protagonista, como era cristiano, había sido rechazado en una casa pagana, en Suecia, porque un “álfablót” (sacrificio de los duendes) lo había conducido hasta allí.
Sin embargo, no se ha encontrado ninguna otra información confiable en cuanto a la implicación de un “álfablót”, aunque probablemente estén relacionados con el ofrecimiento de alimentos a las divinidades. El folklore escandinavo contemporáneo conservó la tradición de sacrificar ganado y comida para captar la benevolencia de los duendes.
Las ofrendas las hacían en la época del año cerca del equinoccio otoñal porque estaban asociadas a los duendes de la fertilidad y de los antepasados. Además, la saga de “Kormáks” se considera como un sacrificio a los duendes que aparentemente podían curar severas heridas de batalla: cuenta la leyenda que Þorvarð ofreció un banquete de carne de toros a los duendes -bañando las colinas con su sangre- para poder sanarse.

Los duendes escandinavos eran del tamaño de un ser humano. Los hombres que tuvieran idéntico tamaño podían ser elevados a la fila de duendes después de su muerte, tal como sucedió con el pequeño rey Olaf y el héroe Völund, que fue bautizado como el “gobernador de duendes” en el Völundarkviða.
Incluso era posible el apareamiento entre los duendes y los humanos en las antiguas creencias de los nórdicos. Un caso aparece en saga de Hrólf Kraki 's, donde el rey danés Helgi encuentra a una duende-mujer vestida de seda, la mujer más hermosa que había visto, y mantiene relaciones íntimas: la viola y meses más tarde ella concibe a Skuld, quien contrajo matrimonio con Hjörvard, el asesino de Hrólf Kraki.
Dado que Skuld era mitad-duende, era experta en brujería. Su poder era tal que resultaba invencible en batalla. La única manera de derrotarla era capturándola antes de que ella convocara a sus ejércitos.
Otro caso era el del héroe Högni, cuya madre era una reina humana y su padre -según el Thidrekssaga-, era un duende de nombre de Aldrian.
Existe también en el Heimskringla y en las historias de Víkingssonar la saga de los Þorsteins, una casta de reyes locales que gobernaron sobreÁlfheim (que corresponde a una actual provincia sueca, Bohuslän). Como llevaban sangre de duendes en las venas, se dice que fueron más hermosos que la mayoría de los hombres.
Por último, la tierra gobernada por el rey Alf fue llamada Alfheim. Sus descendientes estaban vinculados con los duendes; su último rey se llamó Gandalf.



Duendes Escandinavos


En el folklore escandinavo, que combina elementos de la mitología de los nórdicos y del Cristianismo, existe un duende danés llamado“alv” en noruego y “älva” en sueco.
En Dinamarca y Suecia, los duendes son seres parecidos a insectos alados. Por ejemplo, el “alf” encontrado como personaje en el cuento de hadas “El duende de la Rosa” -escrito por el famoso autor danés Hans C. Andersen- es tan minúsculo que puede vivir dentro de una rosa doméstica. En ese relato, es descrito como un ser que “tiene alas que van desde sus hombros hasta sus pies”.
Andersen también escribió sobre los “elvere” de la colina “elfin”. Los duendes en esta historia son similares a los del folklore danés tradicional: eran hermosas mujeres que vivían en colinas de canto rodado, capaces de hacer danzar a un hombre hasta la muerte.

Los duendes de la mitología nórdica son generalmente criaturas hembra; un ejemplo es el elfo Galadriel, que vivía en la Tierra Media, según la famosa historia escrita por Tolkien.
Las “älvor” suecas eran hermosas muchachas que vivían en el bosque, junto con el rey duende. Eran longevas y alegres. Generalmente, los duendes son representados con cabellos radiantes y vestidos de blanco. Pueden ser realmente repugnantes cuando son ofendidos.
En las antiguas leyendas, los duendes pueden ser agentes propagadores de enfermedades; la más común e inofensiva es la erupción cutánea, llamada “älvablåas” (soplo de duende). Para apaciguarlos, se le ofrecían alimentos, preferentemente de mantequilla.
Los duendes podían ser vistos bailando sobre los prados, de noche o en mañanas de neblina. Dejaban una especie de círculo donde habían bailado, que luego fue llamado “älvdanser” (danzas del duende) o “älvringar” (los círculos del duende). Se creía que orinar en estos lugares causaba enfermedades venéreas.
Si un ser humano observara la danza de los duendes creería que pasaron unas pocas horas, cuando en realidad habrían sido muchos años; este fenómeno fue desarrollado también en El señor de los anillos, cuando la comunidad del anillo descubre que el tiempo parece haber transcurrido más lentamente en la ciudad de los duendes de Lothlórien.
Sin embargo, los duendes no siempre eran jóvenes y hermosos… En la colección de cuentos populares suecos “La pequeña Rosa y la gran Leda”, una dama-duende de grandes poderes mágicos (älvakvinna) salva a la heroína -la pequeña Rosa- con una condición: que los ganados del rey se alimentaran en los campos aledaños a su colina, pero no cerca de la misma. Se la describe como una mujer de edad avanzada.




Mitologia del duende irlandes


Los leprechauns aparecen raramente en los cuentos populares irlandeses. Cuando lo hacen, las narraciones se centran alrededor de un héroe humano. Son historias breves, con nombres locales, que despliegan un paisaje ligado a la realidad autóctona.
Los cuentos se narran generalmente de forma conversacional como si fueran ocurrencias espontáneas, aunque existe cierta solemnidad en la repetición oral que la gente hace de tales relatos.
Los leprechauns se representan como criaturas generalmente inofensivas que gozan de la soledad y que viven en locaciones remotas. Aunque rara vez se los encuentra en reuniones sociales, se supone que estas criaturas tienen una buena oratoria y que son capaces de entablar una interesante conversación.

La creencia más popular sobre los leprechauns es que son extremadamente ricos y que ocultan oro en lugares misteriosos. Sólo revelarían su ubicación en caso de que una persona los capturase e interrogase sobre el dinero a cambio de la supervivencia.
A veces se los describe como seres enfermizos y dañinos por naturaleza, con una mente fabricada para la astucia... Muchos cuentos retratan a un leprechaun como alguien más ágil mentalmente que un ser humano.

Algunos ejemplos de relatos que involucran leprechauns se resumen a continuación:

1) Un granjero o un joven captura a un leprechaun y lo fuerza a revelar la localización de su tesoro enterrado. El leprechaun le asegura que el tesoro está enterrado en un campo abierto, bajo una planta específica. El granjero ata una cinta roja a la planta, haciéndole jurar al leprechaun que no quitará la cinta de su lugar. Una vez aprisionado el leprechaun, el granjero se va a buscar una pala. Cuando regresa ve que cada planta del campo ha atado señalizada con una cinta roja idéntica, imposibilitando el hallazgo del preciado tesoro.
2) En otra historia, una muchacha joven encuentra un leprechaun, lo atrapa entre sus manos y lo obliga a que le muestre su dinero enterrado, pero repentinamente escucha un intenso zumbido detrás suyo. El leprechaun le grita que un enjambre de abejas la está persiguiendo, pero cuando ella mira alrededor no existen tales abejas y el leprechaun ha desaparecido.